Me recibí de Ingeniera Industrial en 2015, trabajé unos años como tal pero en 2018 mediante una gran crisis personal decidí volver a mi origen, buscar y rebuscar, lo que dio como resultado mi amado dulce domum (dulce hogar en latín). En los comienzos de este proyecto vendía principalmente amigurumis pero pasé por diferentes transformaciones hasta que di con los cursos presenciales. Amo transmitir y enseñar a otros lo que aprendo.
Con mis conocimientos más técnicos y mi amor por crear busco que más mujeres conozcan y se pasionen por este mundo maravilloso, así como yo, que cambié mi vida para siempre a través de él.